LA DEMOCRACIA POLÍTICA EN PERSPECTIVA
a historia municipal de Baja California es relativamente reciente; pese a su juventud, la contribución política de la entidad al proceso de construcción de la democracia política nacional ha sido significativa. Bastaría con recordar que en 1989 tuvo lugar la primera alternancia en el poder Ejecutivo y se constituyó un gobierno dividido, en virtud de que el partido del nuevo gobernador no alcanzó la mayoría absoluta en el Congreso. Esos dos fenómenos se repitieron a nivel federal hasta los años de 2000 y 1997, respectivamente. Pero, además, otros datos significativos son que en Baja California, una semana después de promulgada la reforma constitucional que impulsó el presidente Adolfo Ruiz Cortines, que permitía a las mujeres votar, éstas pudieron sufragar por primera ocasión en México el 25 de octubre de 1953, en la elección de diputados al Congreso de la entidad y del primer gobernador constitucional de Baja california.
A este hecho fundamental se le unirían después la elección de Aurora Jiménez de Palacios, como la primera mujer a la Cámara de Diputados federal (Distrito 1) el 4 de julio de 1954, así como el primer Senador emanado del PAN, Héctor Terán Terán, en las elecciones de 1991, y un año después la emisión de la primera credencial electoral con fotografía en 1992, de carácter estatal.
La ciudad de Tijuana, debido a su vertiginoso crecimiento urbano, industrial y turístico, atrajo grandes oleadas de inmigrantes. En la década de los ochenta su importancia en el contexto de la entidad quedó de manifiesto con el crecimiento de su población que paulatinamente fue desplazando numéricamente a la asentada en la capital. Desde entonces, el peso de la ciudad se manifiesta en la integración del listado nominal y en la conformación de los poderes Ejecutivo y Legislativo.
La ciudad de Tijuana registra una historia política bipartidista; dos partidos se han disputado el poder político; pero a partir de 1989, durante siete periodos administrativos ha gobernado el PAN; con la sola excepción del trienio 2004-2007. Esto la convierte en un icono del panismo, quizá solo comparada con la ciudad de León, Guanajuato. Seguramente la vecindad y la interacción con la cultura norteamericana ayudan a explicar dicha longevidad partidista. En todo caso, hay señales
preocupantes que los actores políticos deben saber leer: el creciente abstencionismo ciudadano. La democracia representativa requiere que los ciudadanos acudan regularmente a las urnas; es una vía directa de construcción de legitimidad; no saber interpretar el sentir social puede ser muy costoso para nuestra democracia política.