DESPUÉS DE LA ALTERNANCIA: ELECCIONES Y NUEVA COMPETITIVIDAD
INTRODUCCIÓN
Durante los últimos cinco lustros, el proceso de cambio democratizador que los analistas políticos han asociado con la transición política mexicana ha sido acompañado de sus correspondientes observaciones de corte analítico y académico. El estudio sistemático de los procesos político-electorales es un quehacer académico sumamente reciente, al menos como actividad atractiva para un número creciente de profesionales de las ciencias sociales. Anteriormente, un entorno político que se caracterizaba por la ausencia de competitividad y por la concentración de las capacidades reales de decisión sobre los grandes temas públicos en las manos de una limitada élite regente volvía casi inevitable que la comunidad de los académicos juzgara ocioso someter una realidad tan predecible a los ejercicios del escrutinio científico. Los momentos electorales no planteaban mayores incógnitas, y la renovación de los espacios de representación social ocurría mediante negociaciones que debían manejarse en la élite, con las interlocuciones privilegiadas de los titulares de los ejecutivos federal y estatales. La emisión del . voto popular era tan sólo un acto ceremonial y simbólico mediante el cual se legitimaban nombramientos ya definidos metaconstitucionalmente en función de las prioridades que establecía el estilo personal de gobernar, que tan bien caracterizó Daniel Cosío Villegas en sus valiosas interpretaciones del periodo álgido del presidencialismo mexicano.
