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BIPARTIDISMO, PARTICIPACIÓN Y ALTERNANCIA. DOS DÉCADAS DE ELECCIONES EN BAJA CALIFORNIA

INTRODUCCIÓN.
La historia política moderna de Baja California es relativamente reciente; el 16 de enero de 1952 se publicó el decreto expedido por el presidente de la República, Miguel Alemán Valdés, en virtud del cual el Territorio de la Baja California se integra a la Federación como la entidad número 29. Pese a su juventud, la contribución política de la entidad al proceso de construcción de la democracia política nacional ha sido significativa. Bastaría recordar que en 1989 tuvo lugar la primera Alternancia en el Poder Ejecutivo y se constituyó un gobierno dividido, por lo que el partido del nuevo gobernador no alcanzó la mayoría absoluta en el Congreso. Esos dos fenómenos se repitieron a nivel federal hasta los años de 1997 y 2000.

Otro dato histórico-político significativo en Baja California, es que una semana después de promulgada la reforma constitucional, impulsada por el presidente Adolfo Ruiz Cortines, que permitía a las mujeres votar (Tuñón 2008, s/p), éstas pudieron sufragar por primera ocasión en México una semana después, el 25 de octubre de 1953, cuando tuvieron lugar las elecciones del primer gobernador y la Primera Legislatura de la entidad; a este hecho fundamental se unen la emisión de la Credencial Electoral con fotografía en 1992, la elección de la primera mujer a la Cámara de Diputados federal (Distrito 1), Aurora Jiménez de Palacios, el 4 de julio de 1954, así como el primer Senador emanado del pan, Héctor Terán Terán, en las elecciones de 1991.

La entidad registra una historia política bipartidista; pri y pan se han disputado el poder político durante su corta vida. Con tres excepciones notables, todas en procesos electorales presidenciales: 1988, 2006 y 2012. Pese a la derrota de 1989, cuando el candidato panista, Ernesto Ruffo Appel se convirtió en el primer gobernador de oposición en la historia política mexicana, el pri nunca desapareció, mantuvo porcentajes importantes de votación, muy por encima de otras fuerzas políticas, por ejemplo, de izquierda.

Así como el bipartidismo es una constante en la historia política local, el abstencionismo se ha convertido en una variable fundamental de la cultura política; los ciudadanos se han mantenido alejados de las urnas durante  los últimos procesos electorales estatales y federales. Al parecer, un sector importante de la sociedad ha decidido no votar para expresar su rechazo al sistema político y sobre todo, hacia “la política”, por considerarla una actividad
negativa. Son abstencionistas militantes; es una paradoja, pero se trata de abstencionistas recurrentes.

Desde 1983 cuando se registra la primera alternancia en la alcaldía de Ensenada, el fenómeno empieza a ser repetitivo. En 1986 tiene lugar una segunda transmisión de poder entre gobiernos de distinto signo: de nuevo se trata del municipio de Ensenada y toma posesión como alcalde el panista Ernesto Ruffo Appel. Para 1989, el mismo personaje se convertirá en referencia nacional cuando se hable de la democratización del sistema político. Por primera ocasión asume la conducción de un gobierno estatal un partido distinto al pri. A partir de ese momento, la alternancia tendrá una regularidad, con la excepción del gobierno estatal, que el pan refrenda en cuatro ocasiones consecutivas: hasta 2012 han desfilado cinco gobernadores panistas. El otro caso de permanencia después de la primera alternancia lo constituye
Tijuana, donde por cinco elecciones consecutivas el pan ganó la alcaldía hasta 2004, cuando contra todos los pronósticos, el abanderado del pri, Jorge Hank Rhon, se impuso en una competida contienda.

Así como Baja California fue pionera en el fenómeno de la alternancia en una gubernatura, también registró el primer caso de gobierno dividido; al triunfo de Ernesto Ruffo Appel en 1989 no correspondió la mayoría absoluta en el Congreso, situación que se ha repetido posteriormente, con excepción del trienio de 1995-1998. Así, el funcionamiento del sistema de gobierno con mayor equilibrio de poderes tuvo su primera experiencia en esta entidad. Esta situación, que se conoció en el ámbito federal hasta 1997, cuando como producto de las elecciones intermedias de aquél año, el partido del presidente Ernesto Zedillo perdió la mayoría absoluta en la Cámara de Diputados.

En este trabajo se hace un recuento somero de las implicaciones de más de dos décadas de elecciones locales en la más fronteriza de las entidades del norte de México.

Autor: Víctor Alejandro Espinoza Valle
Editorial: Instituto Nacional Electoral, El Colegio de Sonora
ISNB: 978-607-8510-52-8
Fecha de edición: 2017
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